Hoy nos dirigimos a la costa, en concreto al Golfo de Mazarron.
Comenzamos en la playa de Isla Plana a 0 mts sobre el nivel del mar.
Este momento de hacer la foto de grupo.
Cruzamos la carretera RM-E22 hacia la calle Isla de Tabarca.
Al final de esta y junto a un vallado parte una senda que nos dejara en un camino de tierra.
Poco mas adelante pasada la Rambla de la Isla giramos por la derecha y paralelos a la rambla llegamos a un embalse.
Tras bordearlo comenzamos una pequeña ascensión hasta un cruce y junto a una cata de terreno.
En este punto encontramos por la izquierda una conducción enterrada pero nosotros optaremos por coger la senda de la derecha y donde encontramos algunos trozos de cerámica que posiblemente pertenezcan algún yacimiento arqueológico cercano.
Seguimos ascendiendo hasta un collado.
Ahora tomaremos el camino algo deteriorado y bastante inclinado para ascender hasta lo alto del Cerro del Horno donde aparte de unas antiguas antenas existe un vértice geodésico y que nos indica que estamos a 285 mts sobre el nivel del mar.
Este es el momento para hacer la parada para desayunar.
Ya repuestos y antes de iniciar la marcha, hacemos un barrido visual destando: la Bahía de Mazarron, la Sierra de las Moreras, la Sierra del Alto, Sierra del Algarrobo, Cabezo de la Panadera, Lomas de la Carrasca, Morra de Garabitos, la Panadera entre otras.
Retrocedemos sobre nuestros pasos hasta el anterior collado.
Giramos por la derecha por una senda que nos dejara en el lecho de la Rambla de los Navarros.
Tras continuarla aproximadamente durante 1,5 km desemboca en la Rambla de Valdelentisco.
Ahora toca descender por dicha rambla y aprovechando su amplitud se nos hace mas grato el descenso.
Llegamos hasta la intersección con la carretera RM-E22, la cruzamos y seguimos descendiendo hasta llegar a la playa del Mojón.
El yacimiento arqueológico se encuentra sobre una serie de pequeños promontorios costeros desde los cuales se domina una amplia extensión del litoral; fue una antigua instalación especializada en la fabricación de garum, salsa fabricada con las tripas de pescados y excesivamente salada que se convirtió en uno de los alimentos más demandados y codiciados por los romanos. Pero junto con la elaboración de este producto, en la factoría romana de El Mojón se desarrolló también una fábrica de ánforas, recipientes de almacenamiento destinados probablemente a contener los mismos salazones que se producían.
Desde mediados del IV d.C se documenta en el yacimiento un alfar del que se excavó un grupo de cinco hornos, dispuestos en forma de radio de modo que las bocas de alimentación confluyeran en un espacio central desde el cual se suministraba el material necesario para asegurar la combustión de los hornos.
Durante este período, en la zona sur del yacimiento se fue realizando una terraza formada por los depósitos aluviales de la rambla con el fin de aumentar la superficie útil de trabajo, al mismo tiempo que se prevenían las avenidas. Diversas estructuras fueron amortizadas y reedificadas sobre este espacio a lo largo de todo el proceso, aunque la reutilización de sus elementos constructivos ha dejado únicamente algunos restos de muros inconexos que apenas permiten una interpretación. Al Norte, se documentan estructuras de habitación del último período de actividad del alfar (finales del siglo V d.C. e inicios del siglo VI d.C.).
Estamos en la Playa del Cabezo del Mojón.
Ahora avanzamos por una calle que nos dejara de nuevo en la carretera.
Continuamos por esta y tras un breve descenso llegamos hasta la entrada a la Cueva del Agua.
La Leyenda negra de la Cueva del Agua:
En Isla Plana, en la frontera que separa Cartagena y Mazarrón, existe un lugar mágico, casi de culto para los amantes del espeleobuceo. Por allí se dejan caer casi a diario aventureros, deportistas e incluso turistas extranjeros que llegan atraídos por la belleza de un lugar que puede llegar a ser tan encantador como peligroso. Porque existe una leyenda negra asociada a la cueva del Agua de Isla Plana, un laberinto que ya se ha cobrado la vida, entre otros, de dos especialistas de la Guardia Civil, el teniente Naranjo y su compañero Antonio Sánchez, en 1996, así como del submarinista deportivo Antonio Pedro Martínez Ardiz, en 2010. Antes, a principios de los 90, murieron allí ahogados otros dos buzos.
Lo cierto es que esta gruta subterránea de al menos tres kilómetros está salpicada de nombres que asustan con solo imaginarnos situados en ellos: Ratonera, las tres Galerías del Terror y el Laberinto son parte de esta cartografía siniestra, que a lo largo de casi cuarenta años han ido trazando distintos grupos de espeleobuceadores. La sima es un verdadero portento natural con hasta 26 metros de profundidad, que además encierra numerosos secretos científicos tras los que andan incluso universidades alemanas.
La cueva tiene un recorrido laberíntico en el que destaca un ramal a la izquierda de su entrada que antes desembocaba en el Mediterráneo, pero cuya salida está ahora colmatada. Las ramificaciones son constantes y es fácil perder la orientación. En su tercio final existen dos burbujas de aire, aunque llamarlo respirable es toda una temeridad. Allí, en un lugar tan mágico como peligroso, los espeleólogos murcianos han escrito la historia de esta disciplina en las cuatro últimas décadas.
En este punto giramos a la derecha y descendemos hasta la Playa del Corral.
La atravesamos y llegamos a la Punta del Corral y posteriormente a las Calas del Maestro Romero y del Contrabandista.
Mas adelante llegamos a la Playa de la Caleta.
Cogemos el paseo marítimo que nos dejara junto a la Ermita de Isla Plana dedicada a la Virgen del Carmen y donde nos haremos otra foto de grupo.
Y para finalizar visitaremos las Pozas de la Marrana y el Yacimiento de los Tintores.
También se nos explican varias cosas referentes a estos dos lugares.
Aquí damos por concluida nuestra excursión.
LONGITUD: 9.500 mts DIFICULTAD: BAJA-MEDIA DURACIÓN: 3:00 horas
Fuentes de información: La Verdad y Regmurcia.
Fotos de Marta y mias.
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