Hoy comenzamos nuestra ruta junto a la Torre de Cope donde hacemos a foto de grupo.
Aquí se nos comentan varias cosas sobre ella.
La misión de la Torre de Cope, desde sus comienzos en el siglo XVI, fue la protección
de la principal pesquera de Lorca de las frecuentes acciones de
los piratas berberiscos y los corsarios turcos que durante tres siglos asolaron la costa.
El lugar fue siempre del mayor interés económico ya que, primero era donde
el pescado más abundaba y después fue el sitio en que se calaron las almadrabas, arte que proporcionaba el preciado atún a Lorca consumiéndolo, bien fresco, o salado en las inmediaciones de la torre.
Inmediatos a ella hoy todavía pueden verse los restos de pequeñas balsas
talladas en la roca (cocones) a las que, según José García Antón, se refieren las gentes de Lorca en los principios del siglo XVII considerándolas obras antiguas que demuestran como en otros tiempos ya se saló el pescado en este lugar.
Existían dos almadrabas, una a poniente para recibir a los atunes que venían desde el Estrecho navegando en busca de las corrientes del Mediterráneo o
para desovar en ellas.
Al lado del cañón, bajo la protección de la torre, en la parte de levante había otra instalada para la captura de los atunes que venían de retorno.
El ataque de las flotas aliadas a Argel el 1 de septiembre de 1775, supuso el fin de la piratería en el Mediterráneo Occidental.
Con la seguridad que fue adquiriendo la costa, mediado el siglo XIX, que llevó consigo la desaparición de la piratería, la torre de Cope se fue paulatinamente abandonando.
Retrocedemos hacia el sur y en dirección al macizo de Cope donde encontramos
las ruinas de la Ermita de Cope donde de nuevo se nos comentan varias curiosidades.
La ermita parece ser que ya existía en el siglo XVI, y era
para dar servicio religioso los domingos y festivos a los
pocos habitantes de la zona y a la propia guarnición del
bastión defensivo.
Según Felipe Palacios la cronología estaría entre 1726 y 1741.
ARQUITECTURA
De la ermita se conserva el cuerpo central de planta rectangular, conformado por tres muros de dirección sur, este y oeste, al
norte se localiza la entrada.
Sobre los muros este y oeste, ambos reforzados con contrafuertes,
se alzan los restos de la techumbre abovedada que la cubrió en
otros tiempos.
Al pie del muro sur y en el interior de la ermita, se erige un altar, en toda la longitud del muro con tres alturas distintas.
Sobre la roca natural se encontraron tres tumbas paralelas en dirección norte-sur.
Respecto a los enterramientos, hay una tumba que es la mayor de todas y está localizada en el centro; otra es la mitad más
pequeña que la anterior y la tercera está localizada a 1,20 cm
de la primera, su planta es ovalada, y en ésta no aparecieron
restos humanos, había sido rellenada de cerámica.
Zonas Adosadas al Cuerpo Central
La limpieza del área exterior del cuerpo central dio como
resultado la delimitación de algunas estructuras que estaban en superficie.
Aparecieron tres zonas diferenciadas del cuerpo central de la
ermita y asociadas a él.
La zona Norte corresponde a un espacio rectangular y en uno de sus muros se sitúa el acceso. Por su ubicación y características sería una prolongación del cuerpo central de la ermita destinado probablemente a cobijar personas.
La excavación de la zona Este dio como resultado la delimitación
de un espacio casi rectangular cortado por la carretera como se advierte en el plano de la planta general.
La excavación de la zona Oeste permitió localizar un espacio destinado a habitación.
Es un espacio rectangular, cuyo acceso se localiza al norte.
En el interior se conserva un hogar y sus muros no conservan
mucha altura.
El Cristo de Cope
Cuenta la leyenda que en una de las incursiones de los moros
a este paraje destrozaron el altar robando los cálices y cuantos ornamentos sagrados encontraron. La efigie del Crucificado, una
talla en madera, la hicieron pedazos y arrojaron su cabeza al fuego, pero se salvó de las llamas la cabeza y hallaron el resto
de las partes que habían sido esparcidas por diversas partes del campo.
Este es el hecho milagroso relatado por los historiadores
lorquinos, el padre Morote y José Cáceres Plá.
Desde este punto comenzamos nuestra en excursión.
Cogemos la carretera que va paralela a la costa y siguiendo el sendero GR92.
En una curva muy pronunciada, por la derecha parte un camino que nos dejara en la Rambla
de los Pinares.
Por un camino bastante cómodo ascendemos hasta una loma denominada La Marina.
AQUÍ SE PRETENDIÓ UBICAR UNA CENTRAL NUCLEAR.
( Documentación extraída del diario la Verdad ).
‘Los
terrenos de la nuclear’, o simplemente ‘la nuclear’, es como llaman todavía al borde costero
de la Marina de Cope los vecinos de Águilas que tienen más de 40 años. Hay
quien reproduce el latiguillo sin tener muy claro cuál es su origen, porque las
generaciones que han venido detrás no dan crédito a que en los primeros años 70
se planteara la construcción de una central al borde
mismo de la playa, en el centro de un frente marítimo llano y virgen de
10 kilómetros de extensión delimitado por Cabo Cope y el Lomo de Bas. En el
espacio comprendido entre estos dos hitos geográficos formidables podría estar funcionando ahora mismo una central nuclear
como la de Garoña (Burgos) si toda la comarca no se hubiera levantado
entonces contra la voluntad del Gobierno de Franco, cuyos tecnócratas
comenzaban a desplegar un ambicioso programa para construir plantas atómicas
por toda la geografía nacional.
El movimiento social que logró parar el proyecto, y que supuso el
nacimiento del ecologismo en España como movimiento organizado, estuvo liderado por el ingeniero aguileño Pedro Costa Morata,
profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y Premio Nacional de Medio
Ambiente, y que hace cuarenta años trabajaba en la empresa que levantaba la
central de Lemóniz. Sabía por tanto qué tipo de industria amenazaba con
instalarse en las solitarias calas de su pueblo. Con el apoyo decisivo del actor Paco Rabal, con el que
estaba emparentado, y de otros animosos ‘activistas’, como el profesor y
escritor lorquino Pedro Guerrero, inició una campaña que terminó con el rechazo
a la planta de los ayuntamientos de Águilas, Lorca, Mazarrón y del municipio
almeriense de Pulpí. Cuatro alcaldes franquistas que se pusieron del lado de
sus respectivos pueblos.
Cancelado el proyecto –el de Águilas y otros 26 reactores más–, de la
central queda sólo el recuerdo de esos días inciertos y una malla de pistas que se abrió para hacer accesibles
todos los rincones de la Marina de Cope. Por eso es posible usar aún el
Camino Nuclear, una pista ancha que desciende hasta las dunas fósiles y las
playas, al extenso llano donde ramonean las cabras, se cultivan lechugas y
estos días corretean los alcaravanes.
Volvemos a descender hasta la Rambla Elena y tras atravesarla ascendemos hasta las ruinas de las Casas del Pocico del Animal, donde hacemos la parada para desayunar.
Ya repuestos observamos distintas cosas: las ruinas de las diversas casas, un horno, un lavandero-
abrevadeo, poco mas abajo un aprisco para guardar el ganado y el pozo donde antiguamente se extraía agua.
También la Sierra de los Mayorales, el Lomo de Bas, Cabo Tiñoso y el Golfo de Mazarron.
abrevadeo, poco mas abajo un aprisco para guardar el ganado y el pozo donde antiguamente se extraía agua.
También la Sierra de los Mayorales, el Lomo de Bas, Cabo Tiñoso y el Golfo de Mazarron.
apreciar una serie de conducciones y una balsa donde se recogían antiguamente las
aguas durante la época de lluvias.
Avanzamos ahora por la pista de tierra denominada GR-92 hasta la Rambla de la Galera
y que es el limite entre los términos municipales de Águilas y Lorca.
Seguimos avanzando por el camino hasta los restos de una antigua Noria.
Poco mas adelante llegamos a la Casa de la Morena y desde este punto ya vemos
la Playa de Cala Blanca.
Aquí hacemos otra foto de grupo.
Ya solo nos queda desde este punto regresar hacia el inicio atravesando las siguientes
playas:
Playa Larga, Playa de la Galera, un pequeño istmo denominado La Chapa de los
Pajaros o de la Galera donde hacemos una parada para que algunos componentes del grupo
aprovechen para pegarse un merecido baño, Playa Abejorros, Playa de las Huertas,
Playa del Saladar, Playa del Pocico del Animal, Playa el Pozo, Playa de la Rambla Elena,
Playa del Rafal, una pequeña elevación denominada Puntal del Charco, Playa del Hoyo.
Ahora en la zona donde existen varias construcciones encontramos La Punta del Sombrerico
donde ya podemos apreciar las famosas Dunas fosilizadas y donde se ubica la Playa
del Sombrerico.
Y ya antes de llegar al final llegamos a la Cala Cope y la Playa de la Ensenada de la Fuente,
donde antiguamente existía algún pequeño nacimiento de agua y que utilizaban los
antiguos habitantes de la zona.
LONGITUD: 14,770 mts DIFICULTAD: BAJA Y DURACIÓN: 4.30 horas.
Después de la excursión nos dirigimos al Restaurante La Marina de Cope, dirigido por el amigo
Blas y sus compañeros-as, donde degustamos una maravillosa comida.
GRACIAS A LOS FOTÓGRAFOS: Javier, Sonia, Carlos, Marta y Loli.
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