El origen del castillo de Chuecos se podría situar en una fecha indeterminada que podría estar en torno al siglo XI o XII, cuando la presión poblacional de las pequeñas alquerías situadas en las sierras prelitorales del sur murciano requirió de elementos defensivos y puntos desde donde el estado ejerciese su control administrativo. Así pudo nacer Chuecos, como hisn o castillo rural vinculado a una serie de establecimientos humanos dedicados a tareas agropecuarias gracias a los recursos hídricos existentes en la zona.
La incorporación del reino de Murcia a la Corona de Castilla a mediados del siglo XIII dejó al territorio en una difícil situación estratégica frente a otras entidades políticas potencialmente hostiles, como el emirato nazarí de Granada, la Corona de Aragón, o el norte de África a través de las costas murcianas. La despoblación afectó a todo el reino, pero sobre todo fue feroz en las zonas fronterizas. Entre ellas, los espacios litorales.
No obstante, las fortalezas continuarían aún con cierto protagonismo durante la Baja Edad Media. Por ejemplo, Chuecos tendría un importante papel durante la ocupación aragonesa del reino de Murcia (1396-1305). De su control dependía que llegaran las vituallas desembarcadas en Águilas al sitio de Lorca, establecido por las tropas de Jaime II frente a la resistencia castellana de la fortaleza del Guadalentín. Al parecer, la caída de Chuecos, junto a Tébar, sentenció en 1300 la caída del castillo de Lorca.
Es posible que durante los siglos XIV y XV la ocupación de esta fortaleza fuese intermitente, dependiendo de las necesidades bélicas de una red defensiva cuyo punto principal se situaba en la fortaleza lorquina.
Alonso Navarro afirma incluso la existencia de actividad militar en el castillo hasta el siglo XVIII, cuando la construcción del fuerte de Águilas y la repoblación del lugar costero hizo, quizá, innecesario su mantenimiento.
El Castillo de Tebar, enclavado en la Sierra de Almenara, a 12 km de Águilas , esta a 491 metros sobre el nivel del mar, en las estribaciones de la sierra de Almenara.
Este castillo data del siglo XII, aunque la muralla que lo protege tiene una antigüedad mayor. El torreón se utilizaba para las defensas de las artillerías en el período en el que las incursiones de la piratería morisca asolaba el litoral Lorquino-Aguileño, asediando las fortalezas de la costa hasta el punto de tener que refugiarse la primitiva población en los reductos más seguros de Tebar y Chuecos. Su principal función, por tanto, consistía en dar aviso a la guarnición asentada en Lorca.
Es de origen árabe y estuvo formado por dos cinturones de murallas que se extendieron por el Norte y Poniente, ya que los accesos por el Sur y el Este eran impracticables por los cortados en la estructura rocosa.
El castillo consta de un torreón con troneras para arcabuces y cabe la posibilidad de que en su interior se asentara una población de época remota. El castillo se asentó en la meseta sobre el montículo que le sirve de base, ocupando una superficie de aproximadamente 3.475 m2.
El torreón que en la actualidad tiene unos 7 metros de altura de los 15 que debió tener, en él se observan las troneras que se utilizaron para las defensas de la artillería en los siglos XVI y XVII.
El castillo dominaba el acceso a una fuente de agua, por lo que controlaba los regadíos y las huertas cercanas, donde se establecían los agricultores, manteniendo los cultivos, pastos de ganado y generaba un trasiego de gentes sólo alterado por la acción depredadora de los moriscos de Al-Andalus y de los piratas berberiscos africanos.
Esta fortaleza casi siempre fue de dominio lorquino, citándose en disposiciones reales de Fernando III, Alfonso X y Fernando IV, llegando la jurisdicción hasta la apoca de los Reyes Católicos, formando una segunda línea de las defensas costeras.
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